Una vez soñé que te perdía.
Estábamos en unos icebergs
y no me acuerdo si tú te alejabas flotando de mí o yo de ti. Pero recuerdo que me desperté a tu lado,
era media noche y estaba lloviendo, como hoy. Te oí respirar y me calmé.
Era como si nos habláramos sin palabras. Me pregunto cómo y cuándo aprendimos ese lenguaje
secreto.
Sólo sé que en algún
momento, en los silencios, te oía. Y ahora sólo me quedan las palabras, estas
palabras
inútiles cuando lo único que quiero es volver a estar a tu lado.
Hacer
que te sientas seguro, ayudarte a dormir.
Recuperarte.
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